SEPTIMO DIA: LA IGLESIA DOMESTICA

SEPTIMO DIA: LA IGLESIA DOMESTICA

(Christian Mocek)

Sagrada Escritura:

Romans 12:9-21

 El amor sea sin hipocresía; aborreciendo lo malo, aplicándoos a lo bueno. 

 Sed afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, daos preferencia unos a otros; 

no seáis perezosos en lo que requiere diligencia; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor, 

gozándoos en la esperanza, perseverando en el sufrimiento, dedicados a la oración, 

contribuyendo para las necesidades de los santos, practicando la hospitalidad. 

Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. 

Gozaos con los que se gozan y llorad con los que lloran. 

Tened el mismo sentir unos con otros; no seáis altivos en vuestro pensar, sino condescendiendo con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. 

Nunca paguéis a nadie mal por mal. Respetad lo bueno delante de todos los hombres. 

Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres. 

Amados, nunca os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: MIA ES LA VENGANZA, YO PAGARE, dice el Señor. 

 PERO SI TU ENEMIGO TIENE HAMBRE, DALE DE COMER; Y SI TIENE SED, DALE DE BEBER, PORQUE HACIENDO ESTO, CARBONES ENCENDIDOS AMONTONARAS SOBRE SU CABEZA.No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal.

Reflexión

            Brian Doyle estaba mucho más interesado en una Iglesia "allá afuera" y mucho menos interesado en las cuatro paredes y el campanario en los que generalmente pensamos cuando decimos la palabra "Iglesia". Y ahora, como todos vemos misas en televisión en lugar de en persona, sentados en nuestros sofás en lugar de bancos, y tal vez más vestidos que vestidos en nuestro mejor domingo, tenemos que trabajar para crear una Iglesia "allá afuera".

San Pablo, en su Carta a los Romanos, también habla de crear una Iglesia "allá afuera". Les da a sus lectores una serie de pautas, quizás menos poéticas de lo que habría hecho Brian Doyle, pero útiles en su claridad.

Mandato a mandato, Pablo alienta a los cristianos a centrarse en la virtud, la fe y el servicio. Él alienta a los cristianos a ser una Iglesia centrada en el otro, y más importante, no centrada en los deseos egoístas. Quizás esa es la verdad más importante en los días que estamos hoy. Mientras nos sentamos en nuestros hogares, la mayoría de nosotros somos incapaces de involucrar a la sociedad de la manera que normalmente lo hacemos, tenemos una propuesta ante nosotros: ¿nos centramos en nosotros mismos o creamos nuevas formas de servirnos unos a otros?

Lo que he encontrado en cinco años de matrimonio y casi cuatro años como padre es que una "Iglesia doméstica" es un verbo, no un sustantivo. Así como la virtud no se puede desarrollar una hora a la semana los domingos, la Iglesia es un conjunto de prácticas integradas en nuestra vida cotidiana.

Nuestras comidas en casa alrededor de nuestra mesa, nuestro altar casero, son un recordatorio diario de cómo nos reunimos como una comunidad más amplia alrededor de la mesa eucarística. Nuestra oración y examen nocturno es un recordatorio diario de que debemos vivir nuestras vidas con intencionalidad y no perder el enfoque de lo que es realmente importante. Y cómo vivimos nuestras vidas fuera de los tiempos establecidos de oración es tan importante como reservar tiempos para recurrir a Dios.

¿Estamos presentes jugando con nuestros hijos? ¿Estamos desperdiciando nuestro día frente al televisor en lugar de cuidar nuestra casa, contactar a un amigo o ayudar a alguien que conocemos que lo necesita? ¿Somos conscientes de que todavía se espera mucho de nosotros, incluso si no estamos "en el mundo"? Al igual que Brian Doyle, me encanta la idea de Church como verbo. La noción de que la Iglesia es una idea descabellada se encuentra en los corazones de millones de personas que están muy interesadas en encontrar formas de caminar a través de los moretones de la vida con gracia y humildad. Como nos anima Pablo, ahora es el momento de renovar nuestras prácticas de fe, o de comenzarlas nuevamente en nuestros hogares. No con un enfoque en nosotros mismos, sino sabiendo que si crecemos en virtud, nuestro amor por los demás traerá un mundo mejor.

Que este sea un momento de renovación, conscientes de nuestro llamado a cuidar al otro, ya que todos estamos juntos siendo la Iglesia "allá afuera".

Preguntas de reflexión:

1. ¿Cómo podemos ser cristianos fieles en el mundo, cómo podemos vivir nuestros valores, cultivados en la Iglesia "allá afuera"?

2. Al vivir estos valores más intencionalmente en nuestros hogares, ¿cómo podemos ayudar a nuestra Iglesia y a nuestro mundo a sanar?

Christian Mocek es el director de donaciones anuales en Saint Meinrad, un monasterio benedictino, seminario y escuela de teología. Además, es colaborador habitual del National Catholic Reporter. Vive en New Albany, Indiana con su esposa y un hijo.